domingo, 3 de junio de 2018

La Sociedad del Cansancio


La Sociedad del Cansancio

Byung Chul Han (Filósofo y ensayista surcoreano experto en estudios culturales y profesor de la Universidad de las Artes de Berlín), dice que vivimos en la sociedad del rendimiento, donde la utilidad es lo que importa, cada uno de nosotros se impone a sí mismo las tareas, las demandas y en ocasiones las metas inalcanzables.
Tenemos miedo de no poder, de no poder cumplir con lo que consideramos se espera de nosotros en la familia, en el trabajo, con los amigos, en la comunidad y en cada uno de los diferentes ámbitos en que nos desenvolvemos.

La gente va corriendo al gimnasio, al supermercado, al trabajo, come corriendo y cuando termina el día sin hablar siquiera una hora con alguien. Vivimos en una sociedad de consumo, de velocidad, competencia, hartazgo, en donde uno llega cansado y sale cansado de todo. Es claro que todo esto tiene un precio. Byung Chul Han dice que la enfermedad de nuestro tiempo no será bacterial o viral, sino neuronal. Tendremos depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el trastorno límite de la personalidad y el síndrome de desgaste ocupacional entendiéndolo como el resultado de un desgaste ocupacional crónico, exceso de trabajo, falta de energía, desmotivación y agotamiento constante.



Lo cierto es que cada vez es más frecuente la consulta médico o psicológica, debido a la presencia de síntomas físicos y/o emocionales relacionados con depresión, ansiedad y trastornos de la personalidad.

El “otro” no nos importa, no hay diálogos o espacios para reflexionar, no tenemos tiempo para dedicárselo al “otro, los vínculos amorosos se rompen y las interacciones se definen por la no relación. En la sociedad del cansancio la distinción entre lo patológico y lo normal se pierde.

Existe el cansancio de la sociedad del rendimiento, un cansancio violento porque destruye toda comunidad, toda cercanía e incluso todo lenguaje. Pero al mismo tiempo habla de la existencia del cansancio que hace posible que no se detenga y se demore, que nos permite mirar y escuchar al “otro”, menciona un cansancio fundamental que inspira, que permite que surja el espíritu al darnos la oportunidad de lograr un sosiego especial, un no –hacer sosegado que promueve un tiempo sin trabajo, un tiempo de juego, que conduce a una concordancia.

Vivimos en una gran ciudad, en una sociedad de exigencia y entonces ¿cómo podemos logar ese cansancio fundamental?
Proponemos algunos puntos que pueden ser útiles:

1.- Evaluemos nuestras metas. Si son realistas y congruentes con quienes somos y con quienes compartimos la vida.

2.- Disfrutemos de momentos sin multifuncionalidad. Si estamos en una conferencia dejemos de estar pendiente del celular, de organizar la agenda y escribir pendientes. Simplemente escuchemos. Aunque sea por períodos hagamos una cosa a la vez.

3.- Busquemos la convivencia con calidad. Si estamos comiendo en familia o con amigos, dejemos los teléfonos de lado impidiendo que la entrada de mensajes o llamadas dispersen nuestra atención.

4.- Démonos tiempo para la oración, la reflexión y la contemplación, desarrollando así nuestra espiritualidad.

5.- Programemos descansos que en realidad sean un tiempo sin trabajo, pues los pocos momentos libres que tenemos al día o a la semana los dedicamos a resolver lo atrasado.

6.- Miremos a los demás. Preguntemos y escuchemos con atención:
¿cómo estas?, ¿cómo te fue hoy? Iniciemos conversaciones.

7.- Utilicemos las redes sociales como herramientas para convivencia diaria pero sin que sustituyan el misterio y la riqueza del estar frente a frente.

Parémonos a reflexionar qué predomina en nuestro actuar, la sociedad del cansancio por rendimiento o la del cansancio fundamental. Y busquemos cómo equilibrar las exigencias de la vida actual con nuestro desarrollo y satisfacción personal.


*Colección de familia a familia Número 1
Arquidiócesis Primada de México
Comisión Arquidiocesana de Pastoral Familiar
La Sociedad del Cansancio
Rosa María Rodríguez
Colaboración para Cenyeliztli AC

Bibliografia
Byung – Chul Han(2012). La sociedad del cansancio. Barcelona: Herder Editorial.

martes, 21 de febrero de 2017

Reconciliación y Cooperación

La Reconciliación y la Cooperación. 



La conectividad social aporta un alto crecimiento de la Felicidad de una persona, la armoniosa y excelente relación entre dos personas o grupos o países, se puede sustentar en varios valores o pilares, entre los principales están: CCCCAARA

Confianza

Conciencia

Compromiso 

Comunicación

Apoyo Mutuo

Aceptación

Respeto

Amor

Cuando uno de estos pilares se erociona o se rompe la relación se deteriora o se rompe, recuperar esta buena relación y bienestar que producía felicidad no es fácil. Se requiere reconciliar la excelente relación y llevarla a su estado anterior con resiliencia.  Estando ambas partes de acuerdo en lograr alcanzar ese estado deseado. Ambas partes deben desearlo fuertemente.

Habría que preguntarse:

¿Se puede rescatar la confianza perdida?

¿Hay buena comunicación aun?

¿No se ha perdido el respeto?

Si se pueden recuperar los pilares mencionados hay esperanza de una reconciliación que implica cooperación de ambas partes, un apoyo mutuo, solidaridad.

Conciliar supone diversidad de pareceres o desvío en las inclinaciones y tratos; concordar disputas o anteriores polémicas. Implica convenir.
Regularmente en la conciliación media una tercera persona que hace este servicio a otras dos.

Convenir es ponerse de acuerdo para ejecutar una cosa, ser de un mismo dictamen; convinieron en vivir juntos, convienen en ideas, en pocas palabras conciliar es el acto de poner de acuerdo a los que están en desacuerdo, por otro lado, reconciliación es una palabra que deriva del latín “reconciliatio”, que puede traducirse como la acción y el efecto de volver a unirse.

La Reconciliación es el restablecimiento de la concordia y la amistad entre dos o más partes enemistadas, reconciliar es volver a conciliar los ánimos y rehacer nuevamente las amistades que se habían roto. Se reconcilian aquellas personas que antes eran enemigas por injurias o agravios que entendían haber recibido, dentro del ámbito de las relaciones de pareja es donde más frecuente cobra protagonismo la reconciliación. Y es que después de una fuerte discusión e incluso de una ruptura, hay quienes intentan volver a limar asperezas o a estar juntos, intentan recuperar el amor que tenían poniendo cada uno de su parte. 

La reconciliación tiene mucha relación o depende en gran medida de la negociación, tanto entre dos personas así como si hablamos también de grupos e inclusive naciones.

Hacer negociaciones con la cabeza fría es llegar a acuerdos sin involucrar las emociones negativas en la solución de los conflictos.

Una buena negociación es un acuerdo de Ganar/Ganar como lo aconseja Stephen Covey.

Los procesos para llegar a acuerdos de paz no siguen un trayecto lineal con etapas lógicas, pues ocurren en contextos específicos con variables muy diferentes.

Con todo, pueden distinguirse algunos aspectos esenciales para una reconciliación duradera:

·   Producirse cambios en las actitudes

·   Tolerancia en vez de revancha 

·   Conductas de colaboración por objetivos 

·   Cambios notables para la paz

Es importante resaltar que aunque los cambios empiecen siendo pequeños pueden activar nuevos pasos y generar un proceso conciliatorio, para que pueda producirse una coexistencia pacífica, la verdad y la empatía deben ser internalizadas, de otro modo fracasarán, para algunos, se trata solamente de llegar a un acuerdo entre “las partes”. Acuerdo o negociación cuyo proceso se puede realizar en cinco etapas:

a) Cese de las hostilidades.

b) Construcción de la confianza

c) Favorecer la empatía  

d) Promover cambios sustanciales

e) Cambiar las condiciones del conflicto.

Para lograr una reconciliación entre personas, parejas, familiares, grupos, es importante la predisposición de todos, tener una fuerte disposición para perdonar, ser benevolente, compasivo, amable, y con alto nivel de cooperación para la reconciliación.

El orgullo y la soberbia, son los enemigos del perdón, por lo cual perdonar muchas veces no nos resulta sencillo.

DEL PERDON



El perdón es la aceptación pacífica de los hechos, la conciencia de que todo lo ocurrido nos ha dado mayor madurez, la renovación del amor propio.

El perdón es un valor necesario para que se pueda dar la reconciliación. Se dice que cada cual da lo que tiene, si el corazón del ser humano posee amor, sus actitudes y palabras serán de amor; más si alberga odio y resentimiento, ¿Cuál será su fruto? Por esta razón, para perdonar a los demás, es preciso perdonarnos primero a nosotros mismos, de la misma forma, una persona desea ser de determinada manera y siente la frustración de ser lo que no desea ser, y entonces se culpa a sí misma, se autocastiga; no se acepta como es, no se perdona.

Y si no se acepta y no se ama como es, entonces ¿Cómo puede aceptar y amar a los demás como son? De ahí que sea indispensable la reconciliación consigo mismo, aceptar las condiciones de vida, el clima, el ambiente, las demás personas, y construir con ellas nuevas iniciativas, comunidad, fraternidad, son pasos seguros hacia el perdón y la reconciliación.

Hablemos ahora sobre la Cooperación.



La Cooperación es un Valor Moral y Social. 

Los valores morales son todas aquellas cuestiones que llevan las personas a defender y a hacer crecer su dignidad.

Invariablemente este valor conduce al hombre hacia el bien moral, que como sabemos, es aquello que lo perfecciona, lo completa y mejora.

Entre estos valores están el respeto, la tolerancia, la honestidad, la cooperación, la lealtad y la responsabilidad.

Estos valores pueden surgir e inculcarse a cada persona, primordialmente, en el seno familiar.

La cooperación consiste en el trabajo en común llevado a cabo por un grupo de personas o entidades dirigidas hacia un objetivo compartido.

El trabajo en equipo puede integrar el sentido de pertenencia, aumentar el nivel del Tanque Virtual de Shakespeare y el de la Felicidad.

La cooperación es contraria al individualismo, es un valor que propicia la ayuda mutua, la colaboración, la vivencia de comunidad.
Cooperar es estar pronto a colaborar y a ayudar a solucionar las dificultades de los demás.

En este aspecto hay que considerar que el afrontar las adversidades de otra persona, cuando esta tiene la capacidad de afrontarlas por ella misma, es un práctica que produce Anomia asiliente y reduce la Resiliencia Nómica.

Es conveniente aquí aclarar la diferencia entre Subsidio y Subsidiariedad. El subsidio es dar indiscriminadamente a todos los que carecen de algo aunque puedan conseguirlo por ellos mismos. 

En cambio, subsidiariedad es el dar a quien necesita algo cuando no tiene la capacidad de obtenerlo con sus propios medios.

El subsidio puede crear Anomia Asiliente, de hecho ha creado mayor pobreza. Al final debes abstenerte de intervenir y ayudar donde alguien puede bastarse por sí mismo. Además, un buen principio es el no ayudar o aconsejar a quien no te lo solicita. Producirás una reacción negativa.
Colaborar es laborar juntos, apoyar mutuamente las iniciativas. Yo beneficio a los demás y los demás me benefician a mí. ¡Así todos salimos ganando!

En resumen, la Reconciliación, la Cooperación y el Perdón, son determinantes para que puedas hacer florecer tu FELICIDAD.

lunes, 20 de febrero de 2017

Amabilidad y Compasión

Dos cualidades humanas serán propuestas en la presente reflexión que derivan en la construcción de la felicidad:

La amabilidad y la compasión.


Coincido en que la Amabilidad, es considerada como el acto o el estado del comportamiento caritativo hacia otras personas y seres, donde la persona amable es aquella que por su actitud afable, complaciente y afectuosa es digna de ser amada.

La sola palabra amable es dulce, anima, levanta, consuela y fortalece, es afabilidad en la conducta, naturalidad en el obrar, paz en el semblante, benevolencia en la mirada.

La amabilidad se comunica y trasmite de un solo corazón a los corazones de una familia o comunidad entera.

Recuerda que la amabilidad pone la sensibilidad más profunda de la persona al bien y al servicio del otro.

Es ofrecer lo que mejor se tiene y compartirlo con los demás, de manera generosa e incondicional.

Es una actitud. Una manera constante de vivir y fluir con uno mismo y con el otro.

La amabilidad se caracteriza por tener hacia los demás:

a) dominio propio
b) actitud pacificadora
c) respeto
d) honra
e) gozo
f) consideración

Se puede decir que no existe la amabilidad ni la compasión sin el otro. Considerar la existencia del prójimo es indispensable para la existencia de la amabilidad o la compasión.

La indiferencia mata al otro y el Mindfulness hacia el otro le da vida. Entiendo Mindfulness como el enfocarse profundamente en una sola cosa. Es Meditar. Concentrarse. Es ser MonoTasking.

Al mirar con cuidado las características de la amabilidad podemos darnos cuenta que son una serie de elementos que entran en el terreno de los valores. Sólo son elementos promovidos por quienes los conocen.

¿Qué propósito tiene la amabilidad?

En un ejercicio de auto observación vale la pena preguntarnos si nacemos con amabilidad o la aprendemos.

Quizá descubrimos que la vivimos y somos amables. O quizá descubrimos que nos falta fortalecerla y tiene un gran propósito.

Lo importante es que nos demos cuenta y podamos optar por ser amables, también reconocer que la amabilidad contribuye fuertemente con la felicidad del que la ofrece.

La calidad de las relaciones humanas inicia en la capacidad de reflexionar cómo nos relacionamos con nosotros mismos, cómo nos miramos y cómo nos sentimos.

¿Lo hacemos amorosamente?

¿Nos tratamos con amabilidad?

La manera en cómo nos tratemos es la manera como nos vinculamos con el mundo, de esta forma es como nos relacionamos unos con otros dentro de nuestro núcleo familiar, con nuestros amigos, con desconocidos e incluso con nuestros animales.


Sobre la Compasión quisiera que reflexionemos lo siguiente:




Si deseamos un mundo lleno de personas felices vale la pena preguntarnos:
¿Qué tanta capacidad tenemos de involucrarnos con los otros en esa búsqueda de la felicidad?
¿Qué tanto reconocemos que todos podemos estar heridos alguna vez y saber que ese otro, con el que camino en la vida, puede tenderme la mano?  ¿Y, yo sería capaz de ofrecerle la mía?

El término compasión ha caminado a lo largo del tiempo y en diferentes culturas. Por ejemplo, para los budistas la compasión representa una cualidad de la mente humana, que permite observar, con sabiduría el sufrimiento de todos los seres vivos.

Para Arthur Schopenhauer la compasión es el eje de la ética y la moral humana porque contribuye a que establezcamos valores y normas que evitan el sufrimiento y la pesadumbres de los demás.

Unamuno refiere a la compasión como una pasión compartida, como la capacidad de compartir emociones y sentimientos “de” y “con” otros seres.

Se considera que la compasión es condición previa de la felicidad. La compasión es un camino de auténtica humanidad.

Para el especialista en Mindfulness Thích Nhit Hinh la compasión es la única energía que puede ayudarnos a entrar realmente en contacto con otro ser humano.

Thích nos dice que la compasión es la capacidad de entender el sufrimiento de los demás y ayudar a removerlo.

La capacidad de ayudar a otros a sufrir menos.  El verdadero amor trae alegría a ambos, una persona que no tiene compasión nunca podrá ser verdaderamente feliz. Pues considera que sentir al otro es abandonar la calma interior para ponerse en la piel del otro y sentir con él. Pues si la persona se cierra al otro, tiene que encerrar su felicidad en sí mismo.

Entonces hablamos de una actitud de apertura, de receptividad. No es sólo el sentir. Es caminar “con”, es construir “con” y desde las diferentes circunstancias que se nos presenten en la vida como personas.

La compasión implica empatía, pues es identificarse con el sentimiento del otro, no es sólo ponerse en los zapatos del otro, es llegar a participar con él, tanto del dolor, la tristeza o el sufrimiento.

Cualquier sufrimiento es digno de compasión.  Por tanto, se considera que la compasión es el deseo de que los demás estén libres de sufrimiento. Si deseamos tener un corazón compasivo, el primer paso es cultivar sentimientos de empatía o proximidad hacia los demás.

La compasión es un sentimiento de responsabilidad, de preocupación por esa persona y donde independientemente del grado de desdicha, se procura la felicidad por el bienestar de los otros.

Recuerden que un corazón compasivo es el que siente desde lo más profundo, aunque nacemos con la capacidad de la compasión se puede potenciar más la compasión del corazón de aquellas personas a quienes se les cultivó desde la infancia a tener la experiencia del otro, y se les cultivó la diversidad de emociones que se dan en las personas.

Lo mismo las emociones dolorosas que las amorosas, o las emociones como el enojo, la alegría, la impotencia, la frustración, el espíritu de búsqueda y la FELICIDAD.

Como seres humanos somos un entramado de emociones y sentimientos positivos y negativos, toma en cuenta que crece aquella persona que logra ir integrando a la vida todas sus situaciones y circunstancias, independientemente de los dolores. Lo más importante es enfocarse diariamente, con un alto Mindfulness, en todos los aspectos positivos.

El reconocimiento de que en la vida existe el dolor y la felicidad es una expansión humana importante. Se puede trabajar en ello y transformarlo en un alto bienestar cuando nos enfocamos profundamente en todo lo bueno del día.

En la vida es bueno cultivar los vínculos familiares y sociales con todo lo que de ello se deriva. Es posible decir que la compasión inicia con la empatía.

De acuerdo a Bermejo, 2012, la empatía es el arte de mirar desde el punto de vista del otro para comprenderlo: “Nacemos con los ojos pero no con la mirada. Para ver basta con dirigir los ojos hacia el estímulo en cuestión, para mirar hay que poner en marcha el corazón”.

Es mucho mejor vivir la vida desde la amabilidad y la compasión.

Sería posible poner diversos ejemplos de la gente amable y compasiva, el ejercicio de ese par de cualidades llena la vida de las personas con alegrías distintas, por ejemplo, un médico que salva la vida de alguien, una persona amable que ofrece un órgano a alguien que lo necesita, alguien que da de comer a los mendigos, alguien que acompaña a dolientes en una pérdida significativa, personas que acompañan y no tienen miedo al dolor del otro, alguien que tiende su mano y ofrece la calidez de su presencia.

Si existe el desequilibrio al bajar tus niveles de amabilidad provocaría la falta de salud emocional necesaria para afrontar la vida, el equilibrio de la amabilidad está relacionado con una justa realización de las actividades humanas.

Me parece fundamental lo que el Dalai Lama refiere. Que debemos llegar a ver la paz mental y la felicidad interna que deriva de ello. Al mismo tiempo debemos reconocer las carencias que vienen del egoísmo; para poder cuestionarlo, refutarlo, y quizá, para optar por el compartir constante.

Si lo que deseamos es ser compasivos, cabe recordar que la compasión es identificarse con nuestros semejantes y expresar nuestra ternura por ellos.

Para ser compasivos debemos primero entender las verdaderas necesidades de los otros, así como las propias, de esta manera podremos dar algo que sea realmente útil y que manifieste, en forma clara, nuestro amor.

Dar algo con desprendimiento y de corazón.

Podemos estar satisfechos de nuestra compasión cuando un día nos encontremos amando a nuestros enemigos sin importar lo que ellos sientan por nosotros. Sintiendo ternura por ellos.

¡Que grande es este estado de compasión  y más aún, que grande es aquél que lo alcanza!

Al referirme a la ternura, podrías definirla como un sentimiento, una experiencia del corazón, una fuerza que nos humaniza.

La ternura evoca vínculos que nos unen, es una experiencia que nos ennoblece y nos vuelve más humanos. En términos humanos, lo que convierte en valioso a un vínculo es el acto de entregarse a otro.

La ternura sintetiza afecto, dulzura, calor y consuelo. Nos lleva a tratar a los demás con el cuidado y la delicadeza que se merecen, por otro lado, también aquí se considera Acompañar. Acompañar es ser piedra angular en el proceso de cualquier relación humana. La relación humana es un proceso que cobra sentido trascendente sólo cuando nos revelamos unos a otros para compartir nuestra manera de entender la vida.

No considero que sea posible vivir aislados. De aquí desprendería por lógica simple, que necesitamos convivir con otros.

Por experiencia profesional, puedo decir que un sinfín de situaciones que se pueden observar en mi consultorio son por un no acompañamiento, por no escuchar, por una constante falta de comprensión al otro.

Surge una invitación a tejer la amabilidad, la alegría, el festejo, la ternura, el acompañamiento, la empatía y la compasión en la construcción de sociedades nuevas, aquí es donde se considera importante a las personas y con ello crear los recursos para ser felices.

Considero relevante distinguir muy bien las emociones y llamarlas por su nombre como lo recomienda Daniel Goleman al hablar de la inteligencia emocional.

Por ejemplo, hay que distinguir la diferencia entre Felicidad, amor, alegría y festejo.  Son muy diferentes y constantemente se confunden.

Una relación de amor es cuando estamos con empatía (nos ponemos en el lugar del otro), tenemos una sensibilidad y comprensión completa del otro (y la mía propia) y nos encontramos con la disposición plena para ayudar a que el otro logre en la vida lo que le interesa.

Si se describe con pocas palabras frías podría decirse que el amor es un conjunto de sentimientos que ligan una persona a otra.

El festejo en cambio, es una fiesta que se hace para celebrar algo. Busca alegrar. Este es un sentimiento muy volátil, poco duradero. Al día siguiente del festejo, ya no hay alegría. La fiesta se olvida muy rápido.

Para Torralba, la alegría es la esencia de la fiesta y la fiesta es el paréntesis necesario para vivir equilibradamente.  Pero eso no es la felicidad. Es un sentimiento grato y vivo producido por un motivo placentero que suele manifestarse con signos exteriores, con la tendencia a la risa o la sonrisa, la alegría es fácil de olvidar.

Es útil para vivir destellos del presente y con ello poder olvidar momentáneamente los sentimientos negativos. 

En cambio la FELICIDAD es producida por la amabilidad, la compasión, la conectividad social, el perdón, la gratitud, la conectividad con la naturaleza, la benevolencia, el amor, y por otras prácticas positivas hacia los demás, que se deciden realizar conscientemente. La felicidad es más duradera y plena.  Y mejor si se realiza con un profundo Mindfulness.

La amabilidad nos hará seres sensibles, accesibles, sencillos y nos permitirá tener aquella actitud de disponibilidad que responde con gusto al acercamiento del otro. Demuestra autenticidad en tu conducta, junto con una actitud permanente y libremente asumida de servir a los demás con alegría, cortesía, calidad humana. Pero sobre todo con amabilidad y compasión. La amabilidad es esa cualidad que nos permite tener el corazón, los sentidos y el alma abierta a lo que pueda suceder en un vínculo y que nos da la oportunidad de aceptar respetuosamente la presencia, la existencia y la singularidad.  Nos permite también ofrecer una relación de gran calidad entendida como un encuentro entre personas donde todos salen ganando porque se ofrece con lo mejor que tenemos como personas.
Ser personas amables abre la puerta a un mundo de generosidad, de bondad, de alegorías. Transformando la existencia en un festejo donde los gestos amables fluyen de persona a persona, siempre en su aquí y en su presente.

Saber acompañar, saber estar, saber compartir comienza por reconocer al otro. Es saber comprender al otro desde lo profundo, con su historia personal que le permite percibir, sentir y vivir la vida de una manera particular. 

Sobre todo saber comprender nuestra vida, con la empatía que hace posible que todas las experiencias de vida sean “amorosamente” sentidas. Es el inicio de un impulso interno a ser mejores siempre, a ser sensibles y respetuosos no sólo con uno mismo, sino también en ofrecimiento a los otros.

Tener un corazón compasivo y amable nos da la pauta para sentirnos como seres humanos, sentir la mano del otro, la caricia del otro, la mirada llena de amor del otro.


Es entonces que caminar por la vida puede dejar de ser sólo andar o un sólo estar, para transformarse en la invitación para todos en la construcción de caminos basados en el amor y la felicidad.

martes, 14 de febrero de 2017

Observación sobre la Amistad.


Amistad:



La amistad es un valor que se aprende desde nuestra infancia, muy importante para desarrollar en los niños, sencillamente no es más que un afecto personal, algunos lo llaman puro y con una característica importante desinteresado y compartido con otra persona, que comienza y se va solidificando por medio de toda relación entre esas dos personas.

Un amigo puede ser para siempre, para eso es necesario cultivarla día a día se trabaja con ella en un diario en tu escuela, en tu trabajo, en tu entorno donde vives, en o las comunidades que en general frecuentes o entables relación, el hecho de sostener esta relación con otro hace que la visión de uno mismo tenga enfoques distintos te hace crecer si esta es una relación positiva, se puede aprender mucho de esta relación.

Generalmente compartes emociones con ellos, sentimientos que te frustran, que te destroza, pasando por los más vánales hasta los más hermosos reconocimientos que te puedan ayudar sin caer en una adulación, compartes tus ideas, tus planes, los sueños y las dichas, así como las derrotas y las desgracias, puede ser tu mejor confidente si se tiene el respeto adecuado y la madurez para llevar la carga que tu amigo o amiga de confiesa.

Talvez en las noches que nos atormentamos, solo basta pensar en él y pedir el socorro necesario, para poder desahogarnos, es un apoyo con solo el escucha ahí esta él o ella, es donde te puedes quitar la máscara, donde puedes poner a la vista todas tus quimeras, algunos los puedes dejar de ver por periodos largos de tu vida; que por circunstancias te alejas sin embargo es como una semilla que cuando sembraste bien, cuando existió la química adecuada no importa lo que se hayan dejado de frecuentar, ahí está.

El amigo pude ver en ti tu dolor, tus alegrías, tus éxitos y tus derrotas y sin importar lo que te esté pasando él o ella ahí seguirá, puedes tener diferencias con tu amiga o amigo, nada que al final puedas reconciliar, porque tu amigo sabes a su manera compartir contigo esas experiencias.

Se dice que el amigo es como la sangre que acude a la herida sin tener que llamarla, y saben no es tener muchos amigos basta con que solo tengas uno, pero ese uno que sea el mejor para ti, ese amigo de verdad es el que te va a extrañar con profundo dolor tras tu partida, o el que espera el retorno tuyo tras un viaje largo y te revise con singular alegría, es aquel que más pronto da que pedir, a quien es lo mismo el hoy que el mañana.

La amistad también evoluciona así que con ello tendrás amigos que al paso de los años se fueron amoldando el uno con el otro hasta lograr una fusión de ideas y pensamientos de convergencias de ideales y de constructos similares o a fines.

Hoy te propongo un ejercicio simple de propósito alusivo a este día, seguro tienes una persona que aprecias, donde tuviste un desencuentro y se dio un distanciamiento, el punto es éste en lo que resta de este año, date la oportunidad de buscar el momento más oportuno para poder entablar un dialogo que a ambos los lleve a la reconciliación, yo por mi parte ya tengo pensado a uno, y antes de que acabe el año seguro nos reiremos de nuestra estupidez de alejarnos.


Este mensaje que hoy te llego es porque talvez no soy tu amigo pero, con estas palabras que escribo, pienses en los que tu consideras tus amigos, consérvalos y sobre todo deséales lo mejor en sus vidas, yo despido estas líneas recordando aún gran maestro que tuve en la universidad y él sabiamente nos dijo en clase compartiendo sus años de experiencia y su cúmulo de sabiduría…”La amistad se cultiva con la plática…” (Dr. En Derecho José González Torres), bien queda para la reflexión, saludos con mucho cariño para Ustedes.

miércoles, 8 de febrero de 2017

EN BUSCA DE DIOS

La búsqueda de DIOS por el hombre.

Espero disfrutes estas líneas seguro te serán útiles para tu vida, ya las estudiamos o las vimos en las aulas de clase desde el nivel de secundaria hasta nivel licenciatura, pero vale la pena recordarlas para saber que…DIOS ESTA PRESENTE, DIOS EXISTE, si no crees te tengo una noticia quédate así, y, si tienes un poco de inquietud busca… lo encontraras, y la otra noticia, puedes cambiar de opinión, nadie se burlará de ti por esta sencilla y humilde decisión que tomes.



¿Qué representa la filosofía en la historia del pensamiento humano?

¿Qué cosa es substancialmente la filosofía en la diversidad de sistemas, escuelas, definiciones y doctrinas, que, a primera vista, producen la mayor confusión mental y parecen proclamar la impotencia de la razón y la desconsoladora esterilidad de sus lucubraciones?


Hay dese luego, un hecho inconvertible: LA HUMANIDAD NO PUEDE VIVIR SIN FILOSOFAR.


Pero en esta búsqueda de la verdad tan apasionada, tan dramática, no sólo está interesada la razón, lo está el ser humano en su integridad espiritual. La filosofía, en una palabra, no es sino uno de tantos expedientes puestos en juego, para satisfacer la sed de infinito el afán nunca satisfecho de alcanzar lo absoluto. El infinito es el acicate de las grandes inteligencias, que no pueden limitar sus aspiraciones al mundo relativo, ni una vida vulgar plena de goces inferiores. ¿Qué hacer entonces? Los espíritus religiosos se vuelven DIOS…, pero hay otras almas, en las que predomina la razón y se consagran a la filosofía, para obtener de ella lo que la religión no les concede.

Para ellos, y esto puede comprobarse en los grandes filósofos, la filosofía no es sino sucedánea de la religión; es la religión racionalizada, intelectualizada , hecha sistema y encarnada en doctrina, Augusto Compte era un espíritu en verdad positivo, extraño a las inquietudes y a las torturas de la conciencia religiosa; pero ésta le hizo una burla pesada…, creyó erróneamente poder satisfacerse con los frutos opimos y abundantes que le brindaban las ciencias positivas, pero grande era su error; lo que buscaba era a Dios, y no queriendo aceptar al Dios de la religión, forjó una estéril y desoladora quimera, la humanidad como entidad divina, la misma humanidad que en tantas ocasiones y con tantas infamias ha demostrado su bestialidad.

Emmanuel Kant, el fundador del Criticismo (doctrina que pretende establecer los límites de lo conocimiento cierto a través de una investigación sistemática de las condiciones de posibilidades del pensamiento), también quiso expulsar de modo definitivo a la metafísica dogmática del campo de las ciencias humanas…, pero el sentimiento religioso que se agitaba en el fondo de su corazón no se dio por satisfecho y buscando otro camino triunfó la razón pura, que negaba a Dios, por medio de la razón práctica que lo afirma y no puede vivir sin él…, Finalmente, es un hecho comprobado que todos los grandes filósofos, los verdaderos filósofos han sido espíritus religiosos, descubridores de la divinidad, a la que buscan, (en muchas ocasiones), sin darse cuenta exacta de ello, Aristóteles que no proclamó ningún dogma religioso, lo mismo que Descartes, que Plotino, que los estoicos y los escolásticos, que los grandes racionalistas; encontraron al final de sus lucubraciones a DIOS. A ÉL es quien buscaban sin tener clara conciencia de su inquietud mental.

Cada uno de los momentos dialécticos de Aristóteles, nos llevan a Dios, son como gradas de un templo griego que conducen al santuario de mármol donde la divinidad está oculta. A medida que ascendemos, las palpitaciones del infinito son mayores, y la gran verdad, la verdad increada nos llena de regocijo, pero también de temor y humildad.

Es que Aristóteles por medio su filosofía nos toma de la mano para ponernos a DIOS, y decirnos: esta es la última palabra de mis enseñanzas. No busques nada encima de ella.


Autor Lic. Pedro A. Daullares de su obra Introducción a la Filosofía.

martes, 7 de febrero de 2017

La Indiferencia Mata.

El más destructivo de todos los estímulos para las personas es la indiferencia. La indiferencia literalmente mata.




Hay varios estudios que demuestran que la indiferencia mata se los comparto:

El primero, por demás impactante, fue el realizado en el campo de concentración Nazi, en Alemania, llamado Dahao (en Buchenwald y Dachau). El experimento llamado estímulo cero consistía en quitarle todo estímulo a personas de aproximadamente 30 años. De esta manera no podían oír a nadie ni nadie los podía oír a ellos, no podían tocar a nadie ni nadie los podía tocar y así con los demás sentidos. El resultado fue que la persona empezó a dudar de su existencia en pocas horas, mostrando una urgencia por recibir algún estímulo que le dijera que existía. Una angustia como si el cuerpo le preguntara a cada instante a los sentidos si existía. Como un mecanismo de defensa y de supervivencia, la búsqueda fue tan fuerte como si se buscara aire para respirar cuando faltaba. Inexplicablemente las personas morían a las 29 horas aproximadamente. La indiferencia mata. 

El segundo estudio consistió en el aislamiento de monos pequeños. Este fue realizado en la Universidad de Wisconsin, por el Doctor Harry Harlow, a principios de los 60’s, a monos recién nacidos se les separaba de su madre de tal forma que podían verse, oírse, olerse pero no podían tocarse ya que se les había antepuesto un vidrio entre la madre y el hijo mono. Después de intensos gritos y forcejeos, el bebé mono se retiraba al rincón de la jaula y metiendo su cabeza entre las rodillas como en posición fetal, se moría a las 7 horas aproximadamente. La indiferencia lo mató. 

El tercer estudio sobre la indiferencia fue realizado por un estudiante de ginecología de la India, quien logró el mayor descubrimiento del siglo. Cada año se presentaban más de 13 millones de nacimientos prematuros en el mundo que representan entre 3 a 4% de los nacimientos. La mortalidad de los nacidos prematuros que era en los años 60’s de 25 al 30%, disminuyó gracias a este descubrimiento. La tasa de mortalidad perinatal está experimentando un descenso. Todo surge al preguntarse ¿Por qué es más peligroso nacer prematuramente ochomesino que de siete meses? Los pediatras investigadores atribuían la mortandad a la presencia del líquido amniótico y otros factores no muy concluyentes. Había que mantener la bolsa que contiene al bebé junto con su líquido de manera íntegra el mayor tiempo posible. Fue este estudiante de ginecología el que estudiando la matriz descubrió que en los últimos tres meses del embarazo, el bebé se desarrolla enormemente y pone en funcionamiento sus pulmones, su cerebro, su intestino y todos sus órganos moviéndose más que nunca e irritando más la matriz en su interior. Hasta los siete meses de embarazo, el bebé ha estado irritando las paredes internas de la matriz con sus bruscos movimientos y ésta ha soportado pasivamente. Pero algo admirable sucede a partir del octavo mes. La matriz, como defensa empieza a responder a los estímulos lacerantes causados por el movimiento del bebé. Envía unas caricias o pequeñas vibraciones que sorprenden al bebé y este quita la parte de su cuerpo que está lastimando. Con ello siente un gran placer. Por primera vez siente que existe y le gusta el juego. Manda sus estímulos y la matriz siempre le responde. Se mueve más, fortaleciendo así los músculos que le ayudarán posteriormente a nacer. Cada vez que toca la matriz y le responde siente que existe y se va llenando de vida. Al nacer un bebé de siete meses se mueve en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN o incubadora,) y si nadie le responde no pasa nada, ya que no ha aprendido que tiene que pasar algo.  En cambio, el de ocho meses al moverse en la incubadora y nadie le responde se angustia a tal grado que ya no siente que vive y tiende a morirse. Ya no siente con placer que existe. La indiferencia lo mata literalmente.


lunes, 6 de febrero de 2017

¿Porqué nos sentimos ofendidos?

Las personas se pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo.

La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida… ¡Nadie te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas las creas tú con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias. Si tú esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo, las que fueron violadas. Tus ideas son las que te lastiman.


Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal o cual forma y no lo hizo…Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entre las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación. ¿Enojado con Dios? Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás ofende ni daña a nadie. Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar. Si pierde una, el hábito se desarma. El hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las ofensas.


Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y la televisión nos enseñan. Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y de cómo deben actuar los demás.


Una novela que no tiene nada que ver con la realidad. También, las personas son criaturas de inventario. A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior. Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas. Y cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa experiencia en su “inventario“. Cuando conoce a alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió. Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes. ¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas.


Y el inventario negativo sigue creciendo. En realidad lo que hace es que te estorba. No te deja ser feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el inventario negativo aumenta año tras año. ¿Has visto a las personas de edad avanzada y a los matrimonios con muchos años? Su inventario es tan grande, que parece que la negatividad es su vida. Una y otra vez sacan experiencias de su inventario negativo ante cualquier circunstancia. Una de las mayores fuentes de ofensas es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que debe hacer y te dice “no”, creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es. Y es un círculo vicioso. Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca.Aprenderán de sus errores por sí mismos. ¡Déjalos ser! nadie te pertenece.


Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron: ¿Comprar nuestras tierras? ¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales solo cazamos para sobrevivir. Es una idea completamente desconocida para nosotros. Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hijos, ni tus amigos o parejas te pertenecen. Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Sólo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Solo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir.

Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir. Entonces ¿Cómo puedo perdonar?


1) Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas y Dios, las que te hieren. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA va a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque ellos tienen las suyas.


2) Deja a las personas Ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos si te los piden, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.


3) Nadie te pertenece. Ni tus padres, ni amigos ni parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Vive y deja vivir.


4) Deja de pensar demasiado. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu inventario. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes oscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.


5) La perfección no existe. Ni el padre, amigo, pareja perfectos. Es un concepto creado por la mente humana que a un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE. Porque es un concepto imaginario. Un bosque perfecto serían puros árboles, Sol, no bichos… ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe?No. Solo a un nivel intelectual. En la realidad JAMÁS VA A EXISTIR. Naturalmente, al pez solo le queda disfrutar de la realidad. Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres o no piensan como tú. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.


6) Disfruta de la vida. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo. Me complacerá decírtelo por experiencia.


7) Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Dile por qué te ofendió. Escucha su explicación amorosa de por qué lo hizo. Y perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirle lo que quieres. Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme paz.


8) A la luz del corto período de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Nuestra compañera la muerte en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo e inútil gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros. No puedes darte ese lujo.


9) Es natural pasar por un periodo de duelo al perdonar, deja que tu herida sane. Descárgate (no confundir con desquitarse) con alguien para dejar fluir el dolor. Vuelve a leer este artículo las veces necesarias y deja que los conceptos empiecen a sembrar semillas de conciencia en tu interior. Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no lo volverás a hacer y regresa a vivir la vida.